Issue 4 (Autumn 2017), pp. 79-83
DOI: 10.6667/interface.4.2017.48
Book Review: Los estudios sobre marcadores del discurso en español, hoy
Reseña de Oscar Loureda Lamas y Esperanza Acín Villa (Coord.) (2010).
Los estudios sobre marcadores del discurso en español, hoy.
Madrid: Arco-Libros. ISBN: 978-84-7635-795-8.
Pablo Deza Blanco
National Taiwan University
El estudio de las partículas discursivas, desde la publicación de los estudios pioneros en español —Fuentes (1987) Enlaces extraoracionales y Mederos (1988) Procedimientos de cohesión en español actual—, se ha convertido, sin lugar a dudas, en uno de los temas más estudiados en la Lingüística española actual, provocando una inflación bibliográfica.
Ante este panorama, las setecientas cuarenta y seis páginas que componen Los estudios sobre marcadores del discurso en español, hoy suponen una obra necesaria: se trata de un excelente compendio de doce trabajos —redactados por especialistas consagrados en el tema— en los que, de un lado, se hace balance de lo que se ha hecho y se somete a discusión los progresos de cada uno de los ámbitos acotados; y de otro, se apuntan las tendencias que podrían dominar el debate en los próximos años. En este sentido, como indican los coordinadores de esta obra, el libro puede leerse ‘horizontalmente’, para formarse una imagen multidimensional completa de la investigación sobre los marcadores del discurso, o ‘verticalmente’, para tener acceso en profundidad a cada uno de los ámbitos investigadores delimitados” (p. 31).
La obra consta de un preámbulo —redactado conjuntamente por los coordinadores del volumen a modo de presentación— seguido de doce capítulos. Los primeros seis capítulos conforman un bloque en que se examinan los aspectos más debatidos de los marcadores del discurso (MD): su delimitación conceptual, cuestiones de prosódicas, de morfología, de sintaxis, de semántica, de estructura informativa y su colocación dentro de los enunciados y/o segmentos textuales:
— En el capítulo 1, “Los marcadores del discurso y su significante: en torno al interfaz marcadores-prosodia en español” (pp. 61-92), A. Navarro Hidalgo establece dos estadios en esta línea de investigación: una primera fase, que abarca estudios “intuitivos” de la relación MD-prosodia, cuyas aseveraciones se basan en apreciaciones de los investigadores y, una segunda, en la que se emplean herramientas de análisis acústico. Finalmente, apunta a una serie de elementos que, en su opinión, deberían incluir investigaciones futuras: el análisis del entorno prosódico anterior y posterior al MD, la reducción fónica del MD, la constitución o no de contorno melódico propio por parte del MD, y, en el caso de que sí constituya contorno melódico propio, el tipo de perfil del MD.
— En el capítulo 2, “Los marcadores del discurso y su morfología” (pp. 93-182), M.ª A. Martín Zorraquino se plantea las dos cuestiones principales que debe tener en cuenta una caracterización morfológica de estas unidades: su estatuto como clase de palabras y el análisis de su estructura interna. Respecto a lo primero, llega a la conclusión de que el paradigma de los MD no es un elenco cerrado, sino una nómina que se construye en la propia actividad discursiva, de modo que podemos encontrar elementos que se ajustan a dicho estatuto de una forma más central o más periférica. En cuanto a su estructura interna, se esfuerza por determinar los rasgos más generales que la caracterizan, como son la no productividad derivativa de los signos que desempeñan esta función, su formación léxica…
— En el capítulo 3, “Los marcadores del discurso y su sintaxis” (pp. 183-240), C. Llama Saíz, además de llevar a cabo una revisión bibliográfica, aboga por una nueva visión del análisis sintáctico de los MD, que da por hecho una orientación discursiva de la sintaxis y que defiende su necesaria complementariedad con la semántica y la pragmática para explicar las propiedades sintácticas de los MD.
— En el capítulo 4, “Los marcadores del discurso y su semántica” (pp. 241-280), S. Murrillo Ornat cuestiona, de una manera muy ilustrativa, el clásico planteamiento de la Teoría de la Relevancia, que adscribe un significado meramente procedimental a los MD, al que contrapone, a modo de solución, un enfoque instruccional ecléctico que aúne instrucciones argumentativas, formulativas y de organización discursiva.
— En el capítulo 5, “Los marcadores del discurso y la estructura informativa”, (pp. 281-326), J. Portolés examina las instrucciones que introducen los MD en relación a la estructura informativa de los enunciados en los que aparecen, concluyendo que para explicar sus instrucciones es preciso esclarecer cuatro fenómenos: tópico/comentario, foco/alternativa, tema/rema y escalaridad.
— En el capítulo 6, “Unidades, marcadores del discurso y posición” (pp. 327-358), A. Briz y S. Pons Bordería demuestran que la posición de los MD debe entenderse en interrelación con aquellas unidades discursivas (subacto, acto, intervención, intercambio, diálogo) en las que los MD se insertan.
A continuación, el lector se encuentra un segundo bloque, conformado por los cuatro siguientes capítulos, en que se repasan algunos de los aspectos variacionistas de los MD: variación en función del tipo de texto, variación en función de si se trata de lengua hablada-escrita; las variaciones diatópicas y diastráticas de los MD y la variación diacrónica de los MD:
— En el capítulo 7 “Los marcadores del discurso y los tipos textuales” (pp. 359-414), M.ª N. Domínguez García, partiendo de la tipología textual de Adam (1992) —textos narrativos, descriptivos, expositivos, argumentativos y conversacionales)— señala la tendencia de uso de ciertos MD o la prominencia de alguna de sus funciones en una determinada secuencia textual. No obstante, este planteamiento es muy amplio, pues la taxonomía de Adam emplea tipos “artificiales”: un texto narrativo, por ejemplo, se actualiza en diversos géneros (noticia, reportaje, crónica, cuento…) y, pese a ser todos ellos narrativos, no emplearán los mismos MD ni presentarán los mismos valores.
— En el capítulo 8 “Los marcadores del discurso y la variación lengua hablada vs. lengua escrita” (pp. 415-496), A. López Serena y M. Borreguero Zuloaga examinan las diferencias en el uso y en las funciones de los MD en función de lo hablado y de lo escrito concluyendo que, para avanzar en su estudio, es necesario estudiar su distribución desde un enfoque funcional que incorpore las tres macrofunciones (interaccional, cognitiva y metadiscursiva).
— En el capítulo 9 “Marcadores del discurso, variación dialectal y variación social” (pp. 497-522), P. Carbonero Cano y J. Santana Marreno exponen la gran diversidad de enfoques y objetivos en los trabajos dedicados a estos dos tipos de variación en los MD. Ahora bien, este repaso nos permite constatar que los análisis se centran exclusivamente en muestras orales o casi orales —encuestas o tareas de completar el discurso (Discourse-Completation Task)— asumiendo tácitamente que en el discurso escrito las diferencias, respecto a los MD, no existen o son marginales, cuando investigaciones, por ejemplo, desde la Retórica Intercultural están mostrando divergencias en la frecuencia y valores de un MD en un texto dado en una u otra variante lingüística.
— En el capítulo 10 “Los marcadores del discurso en la historia del español” (pp. 523-616), L. Pons Rodríguez nos muestra las diversas líneas de investigación en los estudios diacrónicos de los MD, desde una triple perspectiva: la primera, historiográfica —estableciendo una periodización—, la segunda, los diversos modelos empleados, y la tercera, qué MD han sido estudiados diacrónicamente y cuáles quedan pendientes.
Finalmente, la obra se cierra con un bloque que comprende los dos últimos capítulos: en el primero, se aborda el tratamiento léxico de estas unidades, y en el que cierra esta obra, los MD y la Lingüística Aplicada, en concreto, sus réditos en relación con su enseñanza y su traducción:
— En el capítulo 11, “Los marcadores del discurso y su tratamiento lexicográfico” (pp. 617-688), R. González Ruiz, de un lado, tras un clarividente análisis, subraya la dificultad de definir los MD (definición que debe ser imperativamente funcional) así como la problemática macro y microestructural en el diseño lexicográfico de los MD; y de otro lado, analiza los pros y los contras de las recientes obras y proyectos lexicográficos centrados en MD.
— En el capítulo 12, “Los marcadores del discurso y la lingüística aplicada” (pp. 689-746), C. Fuentes Rodríguez, por un lado, realiza una revisión crítica de los tipos de aplicaciones que se han llevado a cabo en el ámbito de los MD. Este repaso le lleva a constatar, por ejemplo, su precaria presencia, en líneas generales, en los manuales de ELE (aparecen los conectores prototípicos y se indican solamente los valores básicos, no las diferencias), así como los pocos trabajos existentes en relación con la enseñanza de composición de textos (si bien desde la publicación de este volumen estos últimos han aumentado)… Por otro lado, esta autora formula una amplia y sugestiva propuesta (pp. 710-734) hacia nuevas vías y metodologías de aplicación.
En definitiva, el valor de esta obra estriba en aunar bajo un mismo volumen diferentes caracterizaciones de los MD a partir de investigaciones de diferentes especialidades y, al mismo tiempo, señalar puntos de reflexión que servirán de acicate para futuras investigaciones.
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Copyright (c) 2017 Pablo Deza Blanco
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